LOS PLANETAS

Había un vez hace miles y miles de años, el Sol que vivía en el Universo era nada más que, una nube muy grande formada por gas y polvo, ella flotaba por el espacio. El Sol se sentía muy solo, ya que no tenía ni un solo amigo con el que poder jugar, reírse, hablar… Un día por la mañana, tuvo una gran idea, pesó: – Si llamo a la señora Gravedad, ella me podrá ayudar a tener amigos. La señora Gravedad era muy buena con el Sol y al ver, que éste estaba tan solo, decidió ayudarle. La gravedad tenía muchísima fuerza y con todas sus fuerzas hizo que el polvo y el gas del Sol se juntaran mucho mucho más. Tanto se juntaron que el Sol empezó a arder convirtiéndose en una gigante bola de llamas. El ahora no era solo un Sol sino que también era capaz de dar calor y daba muchísima luz. Al arder el Sol, pasó algo increíble, muchas piedrecitas salieron disparadas al espacio, pero estas, gracias a la gravedad se quedaron flotando al lado del Sol. Estos trocitos eran muchísimos, todos giraban alrededor del Sol, unos giraban muy cerca pero otros se habían ido más lejos. Aun así el Sol se sentía solo, estaba triste los trocitos eran muy pequeños y ella necesitaba bolas mas grandes con las que poder jugar y hablar. La gravedad al ver que el Sol aun no estaba contento pensó. – “¿y si junto algunas de las piedras pequeñitas?, seguro que consigo bolas más grandes. Y eso fue lo que hizo la gravedad, junto poco a poco estas piedrecitas formando 8 bolas grandes de diferentes colores y tamaños. Y le dijo al Sol: – Estos son los 8 planetas los he creado para ti, así podrán ser tus amigos y todos giraran a tu alrededor. El Sol se puso muy contento y decidió poner nombres a todos estos planetas que serían sus amigos. Al que estaba más cerca de él le llamo “Mercurio”, porque era el más atlético y el más rápido.
Al segundo le puso “Venus” este planeta era muy caluroso.
Después venía “Tierra”, le llamó así porque vio que estaba lleno de agua y de tierra.
Después venia “Marte” él era el más pequeño de todos y de color rojo.
“Júpiter” venia después y era el más grande y siempre tenía mucho frío.
Luego vino uno muy bonito que tenía un aniño a su alrededor, a él le llamó “Saturno”.
Más tarde vio a “Urano”, le llamó así porque tenía muchas lunas que le rodeaban.
Al último le puso el nombre de “Neptuno”, era muy azul y el Sol pensó en el Dios del mar para este nombre. Cuando acabo de dar nombre a todos sus amigos les digo: – no os preocupéis yo cuidare de vosotros siempre y seremos muy buenos amigos. Desde ese día todos los planetas giran al redor del sol y son muy buenos amigos. FIN

Marina Aguilar Mascarós
Sandra Alcalá Rey

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