Edad recomendada: 4-5 años
Cuento:
Lulú es una niña regordeta que siempre comía chucherías y sobre todo piruletas de colores, su comida favorita. Siempre estaba en su casa comiendolas y nunca salía a jugar con otros niños.
– Las piruletas no son comida, Lulú.- Le dicen siempre mamá y papá.- Te dolerá la tripa, si no para de comerlas-.
Y Lulú siempre les decía que no, aunque fuera verdad y le acabara doliendo.
Un buen día a Lulú no sólo le dolía la tripa sino también un diente. Era hora de ir al dentista. A Lulú le daba mucho miedo, pero papá y mamá siempre le decían que los médicos eran sus amigos, que aunque a veces nos pincharan era para curarnos, y además siempre le daban una piruleta, que tanto le gustaba.
Cuando Lulú llegó al dentista, no lloró. Fue una valiente ( que no sabía qué significaba) . Papá y mamá estaban orgullosos. El dentista no le hizo daño, pero le dijo que tenía una muela que empezaba a picarse.
Lulú no entendía muy bien que significaba eso, pero lo que si entendió es que no podría comer piruletas de colores durante un tiempo y que tenía que lavarse los dientes más a menudo mientras cantaba una canción:
Me lavo los dientes,
me lavo las muelas,
me lavo la lengua…
para poder comer piruletas.
Lula y Lolo, los papás de Lulú,vieron que su hija estaba triste por no poder comer piruletas, así que tuvieron una gran idea y solucionar así dos problemas de golpe: que Lulú comiera comida sana y no estuviera triste. Y se pusieron manos a la obra.
Elaboraron piruletas de colores, pero no de las que hacen que las muelas se pongan malas sino de aquellas mágicas que hacen que no nos duela la tripa, se curen los dientes y nos den mucha energía para poder saltar, correr y jugar con otros niños y niñas.
Mientras, Lulú seguía cantando la canción:
Me lavo los dientes,
me lavo las muelas,
me lavo la lengua…
para comer piruletas
Lula y Lolo cogieron diferentes trozos de frutas de colores: fresas, kiwis, uvas, gajos de mandarina y naranja, trozos de plátano….eran de cien colores! como a lulú le gustaban.
¡Lulúuuu!- llamaron los padres a su hija.
Cuando Lulú acudió vio muchas, muchas piruletas de colores. Dijo que esas nunca las había visto en la tienda, y papá y mamá le explicaron que eran piruletas mágicas y le explicaron lo que pasaría cuando las comiese:sus dientes mejorarían, y tendría mucha energía para jugar durante más tiempo.
Lulú ni se lo pensó, probó la primera de fresa… y:
-¡ Están deliciosas! Mucho más ricas que las de la tienda. ¡Me encantan las piruletas mágicas!
A partir de ese momento, Lulú quiso a aprender a hacerlas y no sólo de fruta sino de carne ( con trozos de filete, albóndigas…), de pasta, de verduras…
E incluso escribió su propio libro de recetas de piruletas mágicas. Todos los niños de su clase querían uno. Y hasta el reportero del pueblo le hizo una entrevista y salió en la tele.
Desde ese momento dejó de llamarse lulú y se llamó Lulú: maga de las piruletas.
Explicación científica: las golosinas, el azúcar concretamente nos provocan caries aparte de una alimentación insana. Las frutas, por el contrario están también muy buenas y nos aportan más nutrientes que las golosinas.
Nombre y apellidos : Ana María Baco González, 3ºB
Referencias: Inventado